Me he quedado un tanto sorprendido al escuchar, en el inestimable canal
24 Horas, que en
Rusia está a punto de aprobarse un proyecto de ley
contra la propaganda gay entre menores. Más concretamente, dicha ley castigará
la propaganda de la homosexualidad y la pedofilia entre los menores mediante multas. Se ve que les parece poco condenar la homosexualidad
per se y por eso pretenden también relacionarla con la pedofilia. No veía yo atisbo de ninguna relación entre ambos conceptos pero, tras pensarlo un poco, llego a la conclusión de que se trata en realidad de una astuta ley dirigida contra la Iglesia.
Bromas aparte, la situación en Rusia es preocupante: ser gay
estuvo penado hasta 1993 (¡con hasta siete años de prisión!), y la Iglesia Ortodoxa, cuya influencia es bastante palpable por allí, se posiciona activamente contra la homosexualidad.
Hasta 2011 (año en que el gobierno ruso recibió una condena del Tribunal de Estrasburgo), las manifestaciones gays en Moscú solían acabar en batalla campal con la policía, porque las organizaciones de homosexuales las realizaban ilegalmente; y las realizaban ilegalmente porque nunca se les concedía permiso para organizar ninguna, ya que el antiguo alcalde de Moscú las consideraba
actos satánicos.
Os decía al comienzo de esta entrada que me ha sorprendido la noticia mencionada. Pero no me sorprendía por el contenido del proyecto de ley, sino por no haber recibido la noticia antes, siendo éste un tema tan peliagudo e indignante. Como es fácil que esto haya ocurrido por culpa mía (con tanta huelga y tanta reforma), he visitado algunos periódicos patrios en búsqueda de la susodicha noticia. He aquí los resultados de mi búsqueda. Pero antes something totally different:
Madonna, que iba a dar un concierto en San Petersburgo, pensó primero en cancelarlo como protesta por la próxima aprobación de la ley "antigay", pero luego se lo pensó mejor y decidió que en lugar de eso iba a protestar desde el escenario. Esto, lógicamente, ha hecho que se alcen algunas voces críticas desde los colectivos homosexuales, que piden a Madonna que renuncie al dinero de su concierto, que con eso hará más daño al gobierno ruso.
Y en fin, ¿cuáles son los únicos titulares que he encontrado sobre todo este asunto?
Nada de nada
- En El País (sección Gente):
Madonna enarbola la bandera gay en San Petersburgo
- En ABC (sección Cultura/Música):
Los gays rusos, contra Madonna
- En El Mundo (sección Cultura/Concierto):
Gays y ortodoxos contra Madonna en Rusia
- En La Razón (sección Gente):
Rusia multará a Madonna si defiende a los homosexuales en un concierto
Bien podría esto seguir siendo fallo mío: ¿será que soy nefasto encontrando información? ¿Estará el asunto en la portada de las secciones Internacionales de los días pasados, y es que yo no lo veo? Lo dudo, pues ninguna de las entradas periodísticas que cito arriba referencia a ninguna "hermana mayor", como sería razonable que ocurriera si se consideraran noticias derivadas. (No obstante, si alguien me demuestra que estoy equivocado, rectificaré oportunamente).
Es cierto que tanto en El País como en ABC, El Mundo y La Razón se explica el trasfondo del proyecto de ley contra la propaganda gay; pero no es menos cierto que lo hacen desde las secciones de Gente y Cultura, con Madonna y el morbo como protagonistas y con el amarillismo como móvil de la noticia. ¿Dónde queda el propósito de nuestros principales periódicos de informar sobre los temas importantes? ¿Dónde su labor de denuncia social? ¿Es que está la integridad de nuestra información pendiente, en exclusiva, del hilo a cortar del canal 24 Horas?
Para encontrar en Google noticias sobre este asunto con titulares serios y en español (tales como
Parlamento ruso alista ley anti gay o
Ley rusa contempla multas por propaganda gay) hay que acudir a medios del otro lado del océano. Este hecho no es solo vergonzoso, es además peligroso. Mirar para otro lado mientras se produce la conculcación de derechos fundamentales es un acto de cobardía o de desidia. Mirarla desde una fascinación morbosa es signo de una sociedad enferma.