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martes, 7 de febrero de 2012

La lista de la tristeza

El 6 de febrero es el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina (MGF en adelante). La MGF, comúnmente conocida como ablación o ablación de clítoris, es una práctica barbárica consistente en lesionar de manera permanente y por motivos no médicos los genitales de una mujer. Es común en 29 países del África subsahariana (a pesar de estar prohibida en 16) [1, pág 12], donde se lleva a cabo por tradición. Se estima que actualmente existen unos 140 millones de mujeres que han sufrido la MGF (de ellas, 92 millones siendo niñas de 10 años o más [3]) y que 3 millones de niñas corren el riesgo de sufrirla cada año [1, pág 11].
La Organización Mundial de la Salud estableció en 1995 cuatro tipos distintos de mutilación genital femenina [1, pág 9], que conllevan distintos riesgos para la salud:
  1. Clitoridotomía (de "incisión" en griego) o circuncisión: eliminación del prepucio clitorídeo conservando el clítoris.
  2. Clitoridectomía (de "corte" en griego) o escisión: resección parcial o total del clítoris, con posible corte de los labios menores y mayores.
  3. Infibulación (de "pinza" en latín) o circuncisión faraónica: estrechamiento o sellado de la abertura vaginal mediante el corte y la recolocación de los labios menores y tal vez de los mayores, con o sin resección del clítoris. Se dejan dos pequeños orificios para la salida de la orina y la sangre menstrual.
  4. Cualquier otro procedimiento lesivo sin fines terapéuticos: perforación, incisión, raspado, cauterización, introducción de sustancias corrosivas...
El aberrante propósito de la MGF es, ni más ni menos, el de eliminar la posibilidad de que la mujer experimente placer en las relaciones sexuales, con el objeto de que "no sienta la tentación" de no llegar virgen al matrimonio y/o de que, una vez en él, "no sienta la tentación" de ser infiel a su marido (el objetivo concreto varía de comunidad en comunidad) [3]. En las sociedades en las que está instaurada, la MGF es un símbolo de pureza y es recomendado (y muchas veces impuesto) por los propios parientes femeninos de la mujer que va a sufrirla [1, pág 12]. El momento de la vida elegido para la mutilación varía, yendo desde el del propio nacimiento hasta el del nacimiento del primogénito, pasando por la llegada a la pubertad y el comienzo del embarazo. No obstante, la aparición de leyes que prohiben la MGF ha hecho que la edad de aplicación vaya disminuyendo y que el rito sea cada vez menos público [1, pág 11].
Para hacerse una idea del alcance de esta práctica es necesario acudir a los datos. A continuación se muestra lo que podríamos llamar la lista de la tristeza, la lista de los países en los que la MGF es más común, junto con el porcentaje de población de mujeres que la sufren. Los datos están tomados en distintas fechas (según el país) entre 1990 y 2005, por lo que pueden estar un tanto desactualizados, aunque se consideran vigentes. Se indica en qué países la MGF no estaba prohibida hacia 2002, y también se destaca la fecha de toma de datos en aquellos países en los que ésta es posterior a la prohibición de la MGF [2, pág 6], [7, pág 12]:
  1. Somalia 98-100% (no prohibida)
  2. Djibouti 98% 
  3. Guinea 96% (2005, prohibida en 1985)
  4. Egipto 96% 
  5. Malí 92% 
  6. Sierra Leona 90%
  7. Eritrea 89% (no prohibida)
  8. Sudán 89% (no prohibida)
  9. Gambia 80% (no prohibida)
  10. Burkina Faso 76.6% (2005, prohibida en 1995)
  11. Etiopía 74%
  12. Mauritania 71%
  13. Liberia 60% (no prohibida)
  14. Guinea-Bissau 50% (no prohibida)
  15. Chad 45% (no prohibida)
  16. Costa de Marfil 45% (no prohibida)
  17. República Centroafricana 43% (no prohibida)
  18. Kenia 32%
  19. Senegal 28%
  20. Yemen 23% (no prohibida)
  21. Nigeria 19% (no prohibida)
  22. Benin 17% (no prohibida)
  23. Tanzania 14.6%
  24. Togo 12% (no prohibida)
  25. Ghana 9% (2003, prohibida en 1994)
  26. Uganda 5% (no prohibida)
  27. República Democrática del Congo 5% (no prohibida)
  28. Níger 2.2%
  29. Camerún 1.4% (no prohibida)
Un 5% como el de Uganda puede parecer una figura poco relevante, pero tras ella se esconde un hecho terrible: allí, una de cada veinte mujeres no puede sentir placer sexual de manera normal, y la mayoría de ellas no pudo elegir sobre esta cuestión. Y no es éste el único "inconveniente" de un proceso que no conlleva ninguna ventaja para la mujer. La lista de razones para no realizar una MGF es larga:
  • La MGF es dolorosa. Se suele realizar en hospitales, pero por tradición se suele llevar a cabo sin anestesia. El procedimiento implica el corte de nervios que causan un dolor extremo [4, pág 39]. La MGF es comparable a la peor de las torturas.
  • La MGF es peligrosa. Tiene consecuencias inmediatas para la salud con posible riesgo de muerte, incluidas infección de la herida, hemorragia, retención de orina, shock, septicemia y contracción del tétanos [5, pág 2].
  • La MGF es contraproducente. Porque también puede tener consecuencias para la salud a medio y largo plazo, tales como dismenorrea, anemia crónica, esterilidad y depresión [5, pág 2].
  • La MGF empeora el parto. Puede aumentar el riesgo tanto para la madre como para el hijo. Las mujeres con MGF sufren como media un 30% más de cesáreas y se observa un 70% de aumento de los casos de hemorragia posparto (en MGF III). Se produce una mayor necesidad de reanimar a los bebés (aumento del 66% en las mujeres con MGF III). La tasa de mortalidad entre los bebés durante e inmediatamente después del parto es también mucho mayor: un 15% superior en los casos de MGF I, 32% en caso de MGF II, y 55% en caso de MGF III. Se estima que en el continente africano la práctica ocasiona entre 10 y 20 muertes adicionales de bebés por cada 1000 partos [6].
  • La MGF no es terapéutica. Porque no conlleva absolutamente ningún beneficio para la salud de la mujer.
  • La MGF es para siempre. Y se suele realizar a una edad en la que la niña no tiene capacidad de decisión propia. Como mínimo indispensable, la MGF debería ser opcional y para los adultos.
  • La MGF priva de un placer. El placer sexual es, seguramente, el estímulo inmediato más disfrutable para el ser humano.
  • La MGF se basa en una tradición. No existen razones médicas para realizarla de manera generalizada, por lo que su base es completamente irracional.
  • La MGF es sexista. Por muy reprobable que parezca bajo las costumbres éticas de una comunidad determinada, nadie debe tener derecho a decidir si una mujer ha de llegar virgen al matrimonio o mantenerse fiel a su marido, más que ella misma, y menos todavía a imponerlo con una medida tan desproporcionada.
  • La MGF es denigrante. Los verdaderos motivos para practicarla contienen la acusación implícita de que una mujer no puede, si es que quiere, llegar virgen al matrimonio o mantenerse fiel a su marido sin una "ayuda" drástica como la de la MGF.
Todas estas razones se pueden resumir en una: la MGF es una verdadera brutalidad y no hay motivo que la justifique. Por eso la ONU se ha propuesto erradicarla en el plazo de una generación. Un vistazo a la evolución de los porcentajes de prevalencia de la MGF en la lista de la tristeza a lo largo de los años (lo cual se puede hacer comparando las tablas de [2, pág 6] y [7, pág 12]) revela que los resultados de la información a la población y la ilegalización de la MGF son disparejos: mientras que en algunos países la prevalencia va disminuyendo poco a poco (debido a que la MGF es de por vida), en otros aumenta, y esto sólo puede deberse a que en ellos se mutila a más niñas que antes.
Así pues, si a la ONU le está costando tanto, ¿qué podemos hacer nosotros, ciudadanos de a pie, desde casa? Hay algo que sí podemos hacer. En países como España existe una población extranjera no despreciable de parejas que provienen de países de la lista de la tristeza. No es extraño que cuando una de estas parejas emigrantes tiene una hija pequeña vuelva en un momento u otro a su país de origen para celebrar el rito de su ablación. En estos casos, la intervención a tiempo de una persona allegada puede ser providencial para evitar la mutilación de la niña. Podría informarles de todos los perjuicios físicos y psicológicos que sufriría su hija. Podría alertarles de que permitir la MGF se considera delito de lesiones en nuestro país. Y sobre todo, podría hablarles del compromiso preventivo: un documento confidencial que pueden firmar voluntariamente los padres junto con el médico de su hija y que avisa oficialmente de la ilegalidad de la ablación, atestigua que los padres han sido informados de ello y especifica que la niña será revisada antes y después del viaje al extranjero para asegurar que no ha sufrido ninguna mutilación. Con este documento en mano, los padres pueden ejercer presión, con argumentos, sobre la familia en su lugar de origen para impedir que fuercen la ablación. Un modelo de compromiso preventivo puede encontrarse aquí.

Será difícil acabar por completo con la MGF. Pero a diferencia de otros, éste es un problema cultural, lo que genera la esperanza de que pueda ser combatido eficazmente mediante la información. No dejéis pasar la oportunidad de ayudar a propagarla.

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Referencias
  1. Mutilación genital femenina. Manual para profesionales. Universitat Autònoma de Barcelona.
  2. Mapa de la mutilación genital femenina en España. Universitat Autònoma de Barcelona.
  3. Female genital mutilation. WHO.
  4. Eliminating female genital mutilation. OHCHR, UNAIDS, UNDP, UNECA, UNESCO,
    UNFPA, UNHCR, UNICEF, UNIFEM, WHO.
  5. Mutilación genital femenina: prevención y atención. Guía rápida para profesionales. Universitat Autònoma de Barcelona.
  6. Un nuevo estudio revela que la mutilación genital femenina expone a las mujeres y a sus niños a riesgos importantes en el momento del parto. The Lancet.
  7. Mapa de la mutilación genital femenina en España 2009. Universitat Autònoma de Barcelona.

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