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jueves, 2 de febrero de 2012

Excusa en dos tiempos

Ana Mato, ministra de Sanidad, pretendidamente preocupada por los efectos en la salud de la píldora del día después en jóvenes en desarrollo, ha encargado un informe médico sobre la misma a la Organización Médico Colegial, la Sociedad de Ginecología y la Agencia de Evaluación del Medicamento. Y digo pretendidamente preocupada porque ya existen desde hace tiempo informes favorables de organizaciones científicas poco sospechosas de estar politizadas, en los que se basó el gobierno anterior para autorizar la venta de la píldora sin necesidad de receta, y que sin duda son conocidos por la ministra. En concreto, un estudio de la OMS asegura lo siguiente (la negrita es mía):
<<El uso de las PAE-LNG es seguro para todas las mujeres, incluidas las adolescentes. El levonorgestrel, el ingrediente activo en las PAELNG, ha sido usado extensamente en varias formulaciones por más de 30 años y ha sido estudiado ampliamente en mujeres en edad reproductiva. El levonorgestrel es bien tolerado, no se conoce que provoque alergias, se elimina del cuerpo en pocos días, no es adictivo y se ha demostrado que no produce reacciones tóxicas. Las PAE-LNG no presentan riesgo de sobredosis y no tienen interacciones importantes con otros medicamentos ni contraindicaciones para su uso. Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda una sola dosis de levonorgestrel (1,5 mg) para uso de emergencia dentro de las 120 horas después de una relación sexual no protegida, el uso repetido no presenta riesgos conocidos para la salud. No se han reportado efectos adversos severos, ni en mujeres que han usado PAE más de una vez en un ciclo menstrual.>>
No hay por tanto razón médica por la que deba preocuparse la ministra, ni siquiera en referencia a las jóvenes en desarrollo; pero puesto que esto ya lo sabe, ¿qué necesidad tiene de tal informe? ¿Lo querrá como respaldo de una decisión ya tomada a priori? Si estuviera tomada a priori y necesitara justificación, esa decisión sería la de cambiar la legislación, pues para mantenerla no necesita ninguna. ¿Querrá la señora Ana Mato modificar la legislación vigente de la píldora, que está fundada en la evidencia médica, basándose en un informe a medida que afirme lo contrario a lo que está científicamente bien establecido? ¿Será el verdadero motivo el hecho de que alguna píldora más significa algún embarazo menos(*)? ¿Tendrá algo que ver la obsesión ultraconservadora por impedir que las menores de edad puedan eliminar cualquier posibilidad de embarazo post-coital sin que lo sepan sus tutores legales (que no padres) y sin que exista un supuesto que las exima del pecado mortal? El tiempo dirá si este asunto acaba siendo, como aparenta, un burdo caso de manipulación informativa. De cualquier manera, si el tejemaneje es como lo sospecho, a la manera del genial programa Caiga quien caiga y su sección de Ética Periodística le propongo a la señora ministra que en un ejercicio de ética política encargue este tipo de informes "basados en contra de la evidencia" a FAES o a alguna otra organización católica, apostólica y romana.

(*) Que por cierto, la píldora no puede provocar un aborto ni impedir que un óvulo fecundado se implante en el útero (como se puede ver en el informe de la OMS citado arriba). Esta es la razón por la que el periodo en el que es efectiva es tan corto y tan específico.

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